Después de un comienzo dubitativo y de encontrarse en desventaja, el Tricolor supo jugar un buen segundo tiempo y, con una ráfaga de buen juego y efectividad en los 10´ iniciales de esa etapa, coronó una victoria que hace mantener el invicto de local en este 2014 y acercarse a los puestos del reducido.
Era un día de paro general en el país, pero eso no hizo que la pasión por el fútbol se hiciera presente.
Almagro, con ganas de acercarse más al lote que clasifica para el reducido, recibía a Platense, el de los interminables problemas internos, y ganó. Tenía que ganar y lo hizo. Es claro que este equipo tiene que sufrir en cada victoria, y esta no fue distinta.
En el primer tiempo vimos a un equipo errático, sin mucha convicción por ir a buscar el gol y con varios errores en la última línea. En uno de esos desajustes defensivos, sobre el final de la etapa, el peligroso Melivillo encontró un rebote y derrotó a Centeno para poner en ventaja a la visita.
No podemos decir que era merecida esa victoria parcial porque no hizo mucho el equipo de Vicente López para alcanzarla; tal vez, su mayor mérito fue aprovechar las falencias de un Almagro que, por otra parte, poco había inquietado al uruguayo Flores.
Pero algo pasó en el entretiempo. Tal vez las palabras del DT, el compromiso del grupo, o el no querer dejar un invicto como local en este 2014; solo quienes estuvieron en ese vestuario lo saben. Lo cierto es que el Tricolor cambió y para bien.
En los primeros minutos del complemento vimos al equipo que queremos ver: Intentando jugar bien, colectivamente, presionando al rival para hacerlo cometer errores y con presencia en el arco rival.
En 10 minutos dió vuelta el partido. Primero fue Emiliano Bonfigli, quien conectó un centro de Arce y decretaba en empate transitorio; corrían 5´ del segundo tiempo. Y más tarde, a los 8´ , luego de una buena jugada iniciada por Basualdo en el medio, descarga con Bonfigli, que se pasa un poco y ensucia la jugada, pero atento estaba el interminable Maxi Castano para capitalizar el momento y definir en el arco rival. Era el 2-1 que hizo delirar a la concurrencia.
El resto del complemeto mostró a un equipo que perdió el rumbo, Platense, quien intentaba más por ganas que con juego, alcanzar la igualdad, y otro que dominaba y cuidaba el resultado aunque sin poder cerrar el partido.
Como Almagro no para de sufrir en esta temporada, este partido no podía faltar a la regla. Sobre el final, Platense iba a los ponchazos y los cambios por lesiones en el Tricolor hicieron olvidar los primeros minutos de la etapa; y apareció Bruno Centeno. El arquero del equipo de Carlos Mayor se convirtió en figura porque en el tiempo adicionado sacó dos pelotas que tenían destino de red y le hubiesen dado una sonrisa al Calamar.
Ganó Almagro. Sueñan todos los de "corazón tricolor" con alcanzar el reducido. La distancia es poca y la ilusión es mucha. ¡Se puede!.
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