Lo que aun no logro entender, pese a haber pasado la curva de los 50 y tener muchos conocidos y amigos en este ambiente, es la estupidez humana ante ciertos hechos. En los últimos quince años se profundizó eso de no entender "ciertos actos" y comencé a cuestionarme a mí mismo si era yo el equivocado. Sigo pensando que no, pese a que cometo errores como todos.
En los últimos tiempos la política vernácula se metió en los clubes en busca de mano de obra barata y violenta e intentar hacerse su espacio en el ámbito nacional, provincial o municipal, convirtiéndolos en unidades básicas, comités, unidades de gestión (ahora están de moda) o cualquier otro lugar. Aprovechando las necesidades de las instituciones, prometen el oro y el moro para lograr sus objetivos; a partir de allí, "si te he visto, no me acuerdo".
Sigo a Almagro desde el año 1974 cuando un tío me llevaba a la vieja platea de madera. Disfruté triunfos y vi derrotas. Hice amigos y "compañeros de cancha". Como periodista intenté siempre ser objetivo, aunque muchas veces no se puede. Lo cierto es que sigo sin entender a los que dicen ser hinchas del club y seguirlo "en las buenas y en las malas".
Afortunadamente, no fueron tantos ni tan crueles los hechos de violencia que padeció el Club Almagro, pero en los últimos años ha tenido que jugar sin público y hacer de local bien lejos del barrio. Aunque lo ocurrido el pasado lunes pienso que excede lo que pueda hacer la Comisión Directiva actual que ya heredó ciertos problemas internos que vienen desde hace un tiempo. No estoy defendiendo a nadie, solo comentando lo que creo y pienso.
En la hinchada están los que siguen al equipo, sufren con las derrotas, claman con las victorias y disfrutaron los pasos por Primera. También están los oportunistas o seguidores de las buenas rachas y los que van a hacer "negocios" para sí mismos o para grupos de inescrupulosos que se aprovechan de la "estupidez humana" que mencionaba antes.
Antes de las elecciones de julio en Almagro, ya hubo problemas internos en la hinchada por causas ajenas al club. Hubo aprietes, algunos arreglos volátiles, incidentes y figuras que reaparecieron en el ámbito almagrense. Y llegó lo que pocas veces había pasado en Almagro: La política metió la cola. Compró algunas voluntades y se creó un caldo de cultivo difícil de digerir y de corregir. Para mejor, se ve cierta connivencia de algunas autoridades (llámese municipal, nacional o policial).
Lo que pasó contra Los Andes, no me sorprendió y coincido, en lo general, con las palabras del actual presidente, Julián Romeo, post partido: "Nosotros nunca tuvimos problemas con ellos. No hay relación con esta barra" y "tenemos que vincularlo con la política. Quizá con las próximas elecciones en Tres de febrero". Claro, conciso y concreto.
Es sabido que las próximas elecciones en el distrito van a ser demasiado encarnizadas. Hay líderes políticos actuales que ven peligrar su "quintita" y desean hacerse notar por medio de gente (los idiotas útiles) porque ellos no se animan a dar la cara. No les interesa a quien perjudican y lo que gasten en hacerlo.
También es sabido que en ciertos momentos hubo "representantes extraños" de algunos jugadores que solicitaban su beneficio y una tarifa para poner banderas durante los partidos. ¿Se hace por convicción?. Seguro que no. Siempre hay algo a cambio.
La actual Comisión Directiva puede y podrá cometer errores como los cometemos todos, pero no es responsable de los actos violentos de los pseudohinchas. Le creo a Romeo cuando dicen que no tienen relación con esta barra y le creo, también, cuando dice que no les va a dar nada. Bueno sería, porque Almagro tiene deudas grandes que pagar y arreglar y, me consta, que hacen malabares para mantener el club funcionando. ¿No estaría bueno que esos "tarados" que harán caer sanciones sobre la institución por sus actos delictivos colaboren para verlo crecer, pagar sus deudas y hagan su pequeño aporte aunque sea?. Muchos me dirán que soy un iluso por preguntarme esto. Tal vez sí. Tal vez quiera ver un fútbol sano y saneado.
No nos dejemos llevar por los intereses de algunos inescrupulosos y colaboremos para mejorar todo lo que rodea al fútbol. Hoy le tocó a Almagro, mañana puede ser (o será) cualquier otro. Reflexionemos para ser mejores.
Alfredo Nicolás Armiento
